Un pedazo de verano

El bosque se mantiene verde a fuerza de costumbre pero ya se siente el seco imponiéndose en todas partes. El cielo no es azul pero tampoco gris oscuro. Es como que lo despintaron y quedó blanco tenue y pálido.
Hasta el mar parece haberse apagado y las olas hacen el mínimo esfuerzo. El gato si apenas logra moverse y tiene más letargo que de costumbre. Cambió el sillón por el suelo y estiró sus cuatro patas como intentando absorber algo de frescura con la panza totalmente adherida al piso.
No lo puedo creer, pero del otro lado se fugó un pedazo de verano y el Caribe cayó rendido ante sus pies.
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