viernes, 25 de noviembre de 2011

Partida

Colocaron primero las dos sierras de mesa, tan pesadas como siempre. La canteadora y la sierra cinta, alta, verde, metálica toda ella, la única que me atreví a usar.


Los cajones de herramientas, los bancos de trabajo, las burras de madera, las plantillas y moldes que colgaban en todas las paredes.


Todo, poco a poco fue colocado en ese camión hasta que ya no hubo más que cargar.


Y arrancó el camión y salió lentamente del taller y con la mirada turbia por el agua que inundó mis ojos vi como se alejaba.


Fue ahí, en ese momento, cuando sentí que él se había ido, que no estaba, que no volvería y que dejaba un vacío imposible de llenar. 

1 Comments:

At 11:21 p.m., Anonymous Anónimo said...

Cortito, esencia de sentimientos. ¡Qué bueno que hayan salido y de forma tan bella!

 

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