lunes, 10 de noviembre de 2008

Rodar


“En esta vida hay que rodar y rodar porque sino al final uno no tiene nada que contar”, me dijo una vez una anciana en el pueblo de Canoas cerca de la frontera con Panamá, luego de mencionar uno a uno los lugares por donde vivió y trabajó.


Y cada lugar contado era como un hilo distinto con el que fue entretejiendo lo que hoy es el tapete colorido de su extraña pero única existencia.


Y cuando me empieza a quedar pequeña la camisa en la que estoy, y cuando me entran unas ganas terribles de moverme a pesar de estar cómodamente instalado y arraigado, y cuando me mata la curiosidad por averiguar si la playa de al lado será mejor que ésta en la que estoy; la recuerdo a ella, y me parece estarla viendo cuando sacaba agua de un pozo en el patio de su casa, y junto con cada balde de agua que subía desde lo más profundo de la tierra, sacaba también un nuevo recuerdo desde lo más profundo de su alma.


“En esta vida hay que rodar y rodar porque sino al final uno no tiene nada que contar…”

1 Comments:

At 9:19 a.m., Blogger Francotiradora said...

Bendita vida, Bendito Universo, Bendito Dios que se nos permite la oportunidad de "rodar" y por supuesto luego contar.

 

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