martes, 29 de enero de 2013

Flotar y fluir

Antes me parecía absurdo las horas que gastaba la gente flotando en el mar mirando para abajo con sus mascarillas puestas, hasta que hace como diez años me di la oportunidad de hacer "snorkeling" o buceo con mascarilla y descubrí el maravilloso e ilimitado mundo de los arrecifes, los peces y corales de infinitas formas y colores, toda una selva submarina igual o hasta más diversa y exuberante que la terrestre.

Desde esa primera vez me acostumbré a lanzarme al mar con el chaleco salvavidas ajustado en la cintura, con el fin de sentirme más seguro y mantener una buena postura al flotar. Cuando uno descubre ese maravilloso mundo submarino, lento, pausado y silencioso, poco le importa si la profundidad es mucha o si la costa o la lancha se encuentran cerca. Es como quedar absorbido por las maravillas de formas y colores, es como entrar en otra dimensión, en otro mundo.

Recientemente visité una playa donde hay cientos de estrellas de mar a simple vista. Maravilloso el color naranja intenso de estos animales sobre la arena blanca y las múltiples líneas luminosas que se forman en el fondo con la refracción de los rayos del sol. 

En esta ocasión llegué a este lugar caminando, por lo que no tenía salvavidas ni mascarilla. Ansioso por ver más detalles logré conseguir una mascarilla alquilada. Me la puse rápidamente y me lancé a navegar sobre las estrellas de mar hermosamente iluminadas por cientos de líneas de sol que serpenteaban en la arena del fondo.

Una vez más quedé maravillado de tan hermoso espectáculo. Aparecieron peces con líneas verticales amarillas y negras, y otros peces plateados alargaditos y puntiagudos que por "trompa" tienen como una espada. Luego de seguir uno de estos peces me percaté de algo sorprendente: Estaba sin el salvavidas ajustado en la cintura, pero igual flotaba y me desplazaba con total naturalidad.

¿Cuántos años haciendo snorkeling atado a un salvavidas cuando en realidad no lo necesitaba? Muchas veces me recomendaron que me lanzara sin el salvavidas para tener  mayor movilidad y flexibilidad, pero jamás me había atrevido. 

Fue ahí, en ese silencioso y apasionante pedacito de mundo submarino, que descubrí algo hermosamente maravilloso: estamos hechos y "diseñados" para flotar, para fluir y desplazarnos en el agua. Lo natural, lo instintivo, es que flotemos en el agua indistintamente de la profundidad del mar. 

Pero entonces, ¿cómo se aprende esto?, ¿es que acaso hay algo que aprender?... Descubrimiento número dos: lo único que hay que aprender es descubrir que ya sabemos flotar y fluir en el agua, y se aprende a flotar y fluir flotando y fluyendo, así de simple, así de complejo.

Esto me llevó al un tercer descubrimiento. Si no hay mucho que aprender para lograr esto, ¿por qué cuesta tanto esfuerzo atreverse a hacerlo?, y ahí descubrí algo no tan maravilloso pero sí muy importante: Es poco y muy simple lo que tenemos que aprender y descubrir pero es mucho y muy complejo lo que tenemos que desaprender.

"No puedo meterme en lo hondo jamás", "nadar y flotar sí, pero siempre donde pueda tocar el suelo", "sin salvavidas jamás, uno nunca sabe cuándo lo puede necesitar", "se ve bonito el mar, pero con solo pensar en lo profundo que es tan siquiera me atrevo a subirme a un bote".

Estamos diseñados para flotar y fluir, sobre los arrecifes, en las pozas de los ríos, en los lagos, en la vida misma; flotar y fluir como pez en el agua, dejarse llevar, descubrir que los pulmones bien llenos de aire son los mejores flotadores jamás inventados, y lo mejor de todo es que nacimos con ellos y los llevamos dentro.

Flotar y fluir... no se logra aprendiendo sino descubriendo que ya lo sabemos, pero se necesita desaprender el miedo, los mitos, los "jamases" y los "nuncas"; erradicar los "no sé" y los "no puedo". 

Flotar y fluir . . . navegar por la vida flotando y fluyendo, dejando ser, dejando existir. Solo así descubriremos el maravilloso, apasionante y apacible mundo que se esconde por debajo de lo aparente, de lo visible, solo así podremos descubrir los exuberantes corales de la vida y sus infinitos y maravillosos misterios y colores.

Flotar y fluir . . .