domingo, 10 de octubre de 2010

Desbordantemente feliz

"En este apartamento se aprecia el silencio", es lo primero que digo cuando alguien viene a compartir mi morada ya sea como inquilino o como visitante.

Y la consigna se extendió a los demás apartamentos del edificio y poco a poco he logrado colocar la "filosofía silenciosa" en mi entorno para poder hacerla cumplir.

Esto nos ha llevado a grandes luchas contra inquilinos ruidosos y hasta huelgas de pago en contra de gritones, agresores, peleadores o gente con perros grandes, que al quedar encerrados todo el día, producen angustiosos ladridos implorando en vano su liberación.

Recientemente, después de una huelga de pago, logramos que el dueño expulsara al más reprochable de los escandalosos, un tipo que se la pasaba día y noche gritando ofensas a su compañera, niños y mascota.

Pero casi al tiempo en que salía este tipo, se instalaba en el apartamento de al lado una singular inquilina que en el primer fin de semana de su estadía, demostró sus amplias capacidades de generar ruido.

En primer lugar habla con un volumen sorprendente, como si contara con un dispositivo amplificador. En segundo lugar, habla de forma consecutiva e imparable indistintamente de si tiene o no compañía, pues cuando el interlocutor no está en persona conversa ininterrumpidamente por su teléfono celular. Y como si fuera poco, escucha música a todo volumen a veces sola y a veces acompañada de un nutrido número de amigas y amigos que al parecer comparten con ella su algarabía.

Una vez más la consigna de que "en este apartamento se aprecia el silencio" fue despiadadamente rota. Como la distinguida vecina conversa casi a gritos, he podido ir reconstruyendo poco a poco todo el mapa de su vida. Se trata de una mujer migrante proveniente de Colombia, pero no de cualquier lugar de este hermoso país, sino que del Caribe. Esto explica con certeza los ruidosísimos vallenatos que durante sábados y domingos suenan sin parar desde muy tempranas horas, y más aún explica que la distinguida vecina se los sabe todos de memoria y los grita con una pasión desenfrenada que pareciera provenir de sus entrañas.

Como recién venimos saliendo de una huelga de pago para presionar por la expulsión de un reprochable escandaloso, me pareció impropio que tan pronto esté de nuevo quejándome ante la señora que cobra o ante el mismo dueño del edificio; por lo que intenté mejor asomarme primero para por lo menos tener una imagen visual de lo que hasta el momento había sido un fenómeno estrictamente auditivo.

Para mi sorpresa me encontré con una corpulenta y regordeta negrota de cortas, coloridas y apretujadas ropas, con una amplia y extendida sonrisota de dientes blancos y con una rebosante, descarada y desinhibida felicidad que deja escapar sin tapujo alguno. La miro más compatible con una casa de madera sobre patas en alguna llanura del Caribe que con un micro apartamento urbano apretujado junto a otros en un mismo edificio.

Después del cavernícola que expulsamos por agresor, no encuentro la forma de pedirle a esta mujer empeñada en ser feliz y celebrarlo, que por favor modere el volumen de su alegría. Por el momento intento acostumbrarme, y no voy a negar que de vez en cuando me pillo bailando uno que otro vallenato.

Auto terapia efectiva


Desde que la conocí me llamó la atención su rostro firme, tosco, serio, seco. Tenía una cara de dolor, casi de súplica y de susto, que muy contadas veces dejó escapar una sonrisa o una mirada a pesar de mis intentos de meterle conversa.

Esa cara yo ya la había visto en decenas de mujeres migrantes que por cosas de la vida me tocó entrevistar y como era de esperar, detrás de esas caras se apretujaban siempre cientos de historias de dolor y sufrimiento.

Ese día llegó particularmente triste, su semblante mostraba un dolor profundo, pero como siempre, hacía las labores domésticas ensimismada, con la sincronía y rutina de un robot, hasta que no pudo más y me dijo: Don Guillermo, es que vieras qué mal me siento.

Y como quien destapa una olla de presión, doña Marita explotó en llanto contando que el Sábado "Santo" anterior llegó a visitarla un hermano suyo y que para su asombro intentó abusar de ella y la forcejeó y la violentó sin importarle nada, ni que su niña estaba también ahí con ella. Para su suerte llegó su marido y su hermano salió de la casa. Cuando por fin pudo contarle a su marido, este se puso furioso y casi la mata en regaños por no haberle dicho nada, pero ella temía que él, cegado por la ira fuera a matar a su hermano.

Desde ese día vieras que me siento muy mal, no tengo ganas de levantarme y solo quiero llorar y no sé qué hacer. Recordando viejos tiempos de mi anterior trabajo, la escuché y la apoyé dentro de mis posibilidades. Como en tantos otros casos, la orienté sobre opciones a las que ella podría acudir y hasta le hice una nota de referencia solicitando que le brindaran apoyo en una fundación especializada en el tema. Ella tenía temor de buscar ayuda porque no tenía sus papeles en regla, pero le expliqué que en este lugar eso no tenía ninguna importancia y la iban a ayudar.

Quince días después llegó de nuevo. Siempre con rostro firme, tosco, serio y seco, pero menos triste que la vez anterior. Igual hacía las cosas mecánicamente, ensimismada y sin decir palabra alguna. Aprovechando que yo iba de salida le pregunté que cómo le había ido con la cita en la fundación que le había recomendado.

Fíjese don Guillermo que no fui porque se me complicó, pero vieras que me siento muy bien. Decidí ir a la iglesia donde va mi hermano y hablé con el pastor de él y le conté todo lo que había pasado y le advertí que mi hermano era un farsante. Después me fui donde la esposa de él y le conté todo lo que había pasado y me fui donde las hijas de él y también les conté todo; y vieras que cuando hice eso ya me sentí bien, entonces no fui ahí donde usted me dijo.

Y ese día fue cuando doña Marita, en menos de cinco minutos, sin haber llevado cursos y seminarios en la U, me enseñó lo que ahora yo llamo "auto terapia efectiva", milenariamente aplicada con éxito por los cientos de miles de pobres, que partiendo de su sentido común, hacen uso de lo que tienen a mano para resolver sus tristezas, pues no tienen acceso a las sofisticadas y elaboradas terapias que los especialistas consideramos más adecuadas y oportunas.
Hay varios caminos para llegar a Roma. Los pobres generalmente construyen unos más cortos, sencillos, baratos y efectivísimos.

domingo, 3 de octubre de 2010

¡Perdón Juanito!

El pasado 30 de setiembre de 2010 se cumplieron 150 años del fusilamiento del Juan Rafael Mora Porras, sin duda Héroe Nacional y principal gestor de la "Campaña de 1856", que no fue otra cosa más que un pueblo entero levantado en armas, comandado por don Juanito, para detener la descarada invasión de los "filibusteros" (diríamos hoy un ejército gringo expansionista) que venía arrasando con toda Centroamérica.

Don Juanito junto a su ejército no sólo defendieron la soberanía nacional sino que también lograron detener y replegar al ejército invasor.

Pocos años después de su gesta lo mataron. Pero no fue cualquier muerte, se trató de un "fusilamiento" que cumplía con todas las de la ley, ejecutado por el propio Estado de Costa Rica (al que tanto defendió don Juanito), por los cargos de "rompimiento del orden constitucional en 1859" y por el "crimen de Estado de 1860".

Cuando eso no había Sala Cuarta, existía la pena de muerte y quienes dirigían el gobierno resolvían fusilando a quienes diferían de su "verdad".

Oscuro capítulo de nuestro pasado patrio, del que no se dice nada o se cuenta poco, quizá porque los ticos hemos pintado y repintado nuestra historia solo con colores lindos, viendo aquello que nos conviene ver y escondiendo bajo la alfombra aquello que disgusta o no conviene para nuestra "paz" y "felicidad" presente.

Sin embargo, 150 años después, nuestro Congreso emite un "perdón oficial de Estado", declara Héroe Nacional y Libertador a don Juanito y coloca su retrato en el Salón de Próceres y Libertadores de América.

Interesante gesto el de esta legislatura, misma que recientemente aprobó autorización para que el ejército gringo pueda desplegar sus barcos por nuestros mares y sus helicópteros y tropas por nuestro cielo y territorio sin casi ninguna restricción, en nombre de la "lucha contra el narcotráfico". Quizá con este "perdón de Estado", quiera el Congreso rectificar con el codo lo que aberradamente aprobó con la mano.

A mi parecer este "perdón de Estado" nos dice claramente dos cosas que me permito mencionar:

Que el Estado de Costa Rica yerra y se equivoca, lo cual es más que sabido por todos los habitantes de este país.

Pero que también es lento (y muuuuy lento) en reconocerlo. Para nuestro consuelo quedamos muy por encima de otros Estados como el Vaticano, que 500 años después emitió un "perdón oficial" por casi pasar por las llamas a Galileo, quien tuvo la osadía de sostener la descabellada idea de que La Tierra era redonda y no plana como la "verdad" de entonces lo imponía.

Si 150 años tarda el Estado costarricense en pedir perdón por sus errores, propongo entonces hacer una listica de algunos para que tal vez en el 2160 (si es que existimos como país y como planeta), las futuras generaciones puedan disfrutar de tan justas rectificaciones.

- Por declarar la minería de oro a cielo abierto en Crucitas, actividad de "interés público".
- Por haber apoyado oficialmente el TLC con EUA y colocar todos sus recursos y aparataje institucional a favor de una "campaña", que a diferencia de la de 1856, infundió miedo y terror en la ciudadanía con amenazas, chantajes y mentiras oficiales para que votaran "SI" en un referéndum jugado en su cancha y con sus reglas.
- Por haber permitido la expansión piñera de forma casi desrregulada y por hacerse de la vista gorda ante las evidentes secuelas ambientales y sociales que genera.
- Por permitir la explotación irresponsable del recurso hídrico, siendo cómplice de estudios débiles y falsos, obstruyendo además la aprobación de leyes que permitan su manejo sostenible.
- Por habilitar apresuradamente la carretera a Caldera y administrar su concesión en abierto y pleno favor de la empresa y no de los usuarios.
- Por postergar ilimitadamente la urgente aprobación de la Ley de Autonomía de los Pueblos Indígenas, para mantener así la explotación, invasión y descontrol de sus territorios y recursos.
- Por permitir y ser cómplice de la descarada injerencia de la Iglesia Católica en asuntos de educación sexual, dejando pasar el tiempo con un silencio sumiso que genera cientos de madres y padres adolescentes cada año.
- Por tener religión oficial en abierto irrespeto a la diversidad de sus ciudadanos y la naturaleza "no confesional" de los "estados modernos y democráticos".

Y una última y muy simbólica:

- Por "fusilar" al campesinado costarricense mediante la eliminación de prácticamente todas las políticas de apoyo a este sector y establecer acuerdos comerciales internacionales que garantizan su exterminio.

Queridas generaciones futuras, por favor no olviden estos yerros que tiran por el suelo el modelo de país que quisimos ser y heredar. Nosotros, con poco éxito exigimos justicia y rectificación. Ustedes quizá tengan mejor suerte, por lo menos exijan perdón.